domingo, 10 de abril de 2011

Belgrano habla sobre el fusilamiento de Dorrego


Manuel Dorrego, séptimo gobernador de Buenos Aires.

La asunción al poder de Dorrego se produce meses después de la batalla de Cepeda, el 1º de febrero de 1820 los federalistas Estanislao López y “Pancho” Ramírez atacan las huestes porteñas, la batalla de Cepeda es también conocida como “La batalla del minuto” ya que la infantería unitaria al ver la montonera federal tardo un minuto en dar la retirada hacia Buenos Aires.

El 11 de febrero se disuelve el congreso y el directorio y la provincia porteña se concibe como provincia, en junio de ese año el gobernador porteño Miguel Soler le sede la gobernación a Dorrego.

Décima gobernación de Dorrego.

En 1825 Juan Antonio Lavalleja y sus 33 orientales inician la expedición libertadora de la provincia oriental, la osada campaña tuvo éxito y se declara la reincorporación de la banda oriental a la Argentina, acto que produjo que el emperador Portugués declare la guerra a Argentina quien aún no contaba con un poder ejecutivo nacional, la apremiante guerra forzó al congreso a armar un ejercito y sin tener aún una constitución que le diera marco legal se sanciona la ley de la presidencia bajo el nombre de “Presidencia de las provincias unidas del Río de la plata”, el trono de Rivadavia se había puesto en marcha de fabricación.

Pero en poco tiempo la presidencia resultaría un gran peso para el primer presidente, Rivadavia debe renunciar en 1927 por dos motivos, uno interno y otro externo, en 1825 el coronel Gregorio Aráoz de Lamadrid, quien tenía como tarea el reclutamiento en las provincias del norte para la guerra contra el Brasil, al reclutar voluntarios en Catamarca uso a los mismos para usurpar la gobernación de Tucumán, Rivadavia lejos de sancionarlo lo incitó a usar esas mismas tropas para luchar contra los caudillos federales de las otras provincias que eran contrarios al gobierno rivadaviano, la tensión política que esto provocó se vio sumada a la gestión de paz hecha con Brasil en 1927 a través de Manuel José García, el pacto que este obtuvo con Brasil se conoce como el “tratado deshonroso” ya que se terminó aceptando la soberanía de Brasil sobre la banda oriental, desembocando lo que había sido una victoria militar en una derrota diplomática.

Rivadavia renuncia, se disuelve el Congreso y se llamo a elecciones para una nueva legislatura porteña. De este modo Manuel Dorrego es electo nuevamente gobernador de Buenos Aires, quien intenta articular una política federalista. Comanda fuerte operaciones contra el Brasil, de hecho encarga a Estanislao López, en ese momento gobernador de Santa fe, la liberación de las misiones orientales situadas al oeste de lo que hoy es Río Grande do Sul, pero la presión inglesa intenta forzar la paz con el Brasil a través del enviado lord John Ponsonby, quien amenaza con la intervención militar del imperio británico de continuarse la guerra, esto se suma a la traba producida en el Banco de la Provincia el cual estaba prácticamente controlada por los capitales británicos.

En 1828 las tropas que incursionaron en Brasil y establecidas en Río Grande do Sul debían regresar a Argentina.

La conspiración

Lavalle fue, en la guerra del Brasil, jefe del regimiento de coraceros (caballería acorazada, podría decirse) y llegando a general una herida en el brazo lo licencia y se dirige a Buenos Aires donde se acerca a los líderes del partido unitario, en 1827 Julián Segundo de Agüero y Salvador María del Carril entre otros lo invitan a Lavalle a dirigir la revolución contra el gobernador, Dorrego ya se veía inmerso en una lucha periodística contra los unitarios, quienes estaban esperando una oportunidad, la cual llegó con Lavalle y los descontentos soldados que volvieron del Brasil.

Al producirse el primer golpe de estado de nuestra Argentina Dorrego se refugia en el sur de la provincia, luego de pedir soporte a Rosas y a los otros gobiernos provinciales se dirige a Navarro, al norte de Buenos Aires, donde espera a Lavalle y es fácilmente derrotado, en su intento de escapar hacia el norte es traicionado por Bernardino Escribano, jefe del Fuerte Federación (actualmente Junín) y el sargento Mariano Acha.

Lavalle influenciado por los unitarios ordena el fusilamiento de Dorrego.

Sarmiento habla sobre el fusilamiento

El Facundo fue escrito en 1845, habían pasado cuatro años de la muerte de Lavalle en San Salvador de Jujuy, donde una bala federal atravesó la puerta de la casa en la que estaba y lo hirió de muerte.

“Lavalle no sabía por entonces, que matando el cuerpo no se mata el alma, y que los personajes políticos traen su carácter y su existencia del fondo de las ideas, intereses y fines del partido que representan.”

Sarmiento opina que si Lavalle, suponiendo, hubiera matado a Rosas ahorraría a la nación “de mucha sangre y muchas lágrimas” pero que sin embargo el cuadro político, la campaña rosista seguiría vigente; en sus palabras: “no se habría hecho mas que cambiar un cuadro histórico por otro” sin embargo Sarmiento es atacado por otro pensamiento inmediatamente posterior: “…no obstante […] la muerte de Dorrego era una consecuencia necesaria de las ideas dominantes de entonces, y que dando cima a esta empresa, el soldado intrépido […] no hacía mas que realizar el voto confesado y proclamado del ciudadano.” y luego “Lavalle fusilando a Dorrego […] respondía a una exigencia de su época y de su partido.”

El ciudadano

El ciudadano…opuesto al bárbaro, el ciudadano como ciudadano reclamando un fusilamiento, esta es la cara oscura de la concepción Sarmientina de civilización, es aquí donde podemos leer aquello que confirma que jamás a la palabra Civilización le puede seguir un “o” Barbarie, siempre Argentina es esa Civilización “y” Barbarie que podrá verse con el fatídico y patético asesinato de “Chacho” Peñaloza.

El gobernador Sarmiento y Chacho Peñaloza

En 1863 Chacho, uno de los últimos caudillos se rindió ante el Mayor Ricardo Vera, con el cual compartió unos mates, media hora mas tarde apareció el oficial de caballería Irrazábal preguntando por él, Ángel Peñaloza le dijo que estaba rendido y este lo atravesó con una lanza, luego le cortó la cabeza y la exhibió en la plaza del pueblito de Olta, el acto fue felicitado por Mitre y por Sarmiento.

En una carta fechada el 8 de noviembre de 1863 de Sarmiento dirigida a Mitre escribe:

No se que pensaran de la ejecución del Chacho, yo inspirado en los hombres pacíficos y honrados he aplaudido la medida precisamente por su forma, sin cortarle la cabeza al inveterado picaro, las chusmas no se habrían aquietado en seis meses.”[sic]

El peso del asesinato le llegó a Irrazábal quien luego de alucinar por semanas que las tropas de Chacho venían a vengarse pidió la baja por haber deshonrado al Ejército Argentino, pero sus superiores la rechazaron.

Volvamos a la cita de la carta de Sarmiento: “…yo inspirado en los hombres pacíficos y honrados he aplaudido la medida…” nuevamente se ve el mecanismo de la civilización “…pacíficos y honrados…” en oposición a la barbarie, es pensamiento necesario para asesinar sin culpas el considerar al otro como un bárbaro, como un inhumano, en un momento Sarmiento escribe a Mitre lo que posteriormente se transformó en una frase muchas veces citada:

“…no economice sangre de gauchos, es lo único que tienen de humano.”

Civilización y Barbarie, aquí no se juega el civilizado opuesta al incivilizado, ya que el incivilizado es persona, no, el Bárbaro es un animal, es un otro ajeno a la civilización, pero esa civilización se comporta con los mismos códigos sanguinarios que atribuye a la barbarie, , el bárbaro es civilizado y el civilizado es Bárbaro, ¿qué quiere decir el cuento “El matadero” de Echeverría si no eso? El cuento muestra a la barbarie federal queriendo torturar al civilizado unitario ¿acaso no es el muestrario disparejo de que Argentina es una igualdad dispareja? Acaso que lo barbárico trasciende la etiqueta política que permite asesinar, acaso que lo barbárico es la auto referencia de quien se piensa civilizado, acaso que quien se adentra en la soberbia de considerarse portador del juicio para dirimir quien pertenece a la civilización o no es aquel que al mismo tiempo se está adjudicando a quien asesinar, a quien excluir, a quien torturar, a quien maltratar…a quien hacer desaparecer.

Me veo limitado a terminar este texto con una frase ajena que expresa mucho mejor que mis palabras la idea que intento conformar.

"los que olvidan releer se obligan a leer en todas partes la misma historia"

........................................................................Roland Barthes



Pablo Guillermo Cieslik

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