martes, 12 de abril de 2011

Culinaria del hombre soltero

Hoy vamos a hablar sobre el arte culinario masculino, si, que se diferencia por completo del arte culinario femenino; no quiero que se me acuse de sexista y mucho menos de machista, o sea, los hombres y las mujeres somos iguales, completamente iguales… a no ser en la cocina…y en todo lo demás.

El hombre, como ser simple que lo caracteriza, solo necesita de tres ingredientes básicos para construir toda la gran variedad de platos que nacen de su creatividad, el hombre solo necesita: pan, fideos y arroz.

A este despliegue de ingredientes se le puede sumar uno mas, que no deja de ser importante…el delivery, el cual consiste en un teléfono y un número al cual llamar para que nos traigan la comida, es así que si uno dispone de pan (siempre el hombre dispone de pan, muchas veces guardado en la heladera junto a la leche vencida en el año en que argentina ganó el mundial) se pueden combinar sabores insospechados, podemos cocinarnos un sanguche de pizza, un sanguche de empanada, y en algunas ocasiones hasta nos podemos dar el lujo de hacernos un sanguche de lomo, si señores, un sanguche de sanguche como dios manda, porque dios le dijo a adán “cultiva la tierra o en su defecto hazte un sanguche de lomo” cosa que pocos saben, víctimas de la desinformación en la cual vivimos.

Algunos, más sofisticados y con afán de curiosidad llegan a agregarle algunos condimentos a sus comidas, a saber, papas fritas, chizitos, palitos de maíz, mayonesa o salsa golf.

El hombre cuando cocina arroz lo hace a lo grande, por una simple razón, porque es bien macho, y le importa un carajo que sobre la mitad del plato después de comer.

Cuando cocina fideos sucede todo lo contrario, no le alcanza ni para engañar el hambre que viene llevando todo el día porque estuvo muy ocupado haciendo cosas de hombres.

Para el hombre el orégano es sinónimos de peperina que no sirve para echar al mate y nada mas, el condimento para arroz una mentira, porque bien sabe ponérselo a cualquier cosa que le faltaba sal y que no sea precisamente arroz, porque nosotros somos vivos y no nos engañan con cualquier mentira ¿Qué me van a decir? ¿Qué luego va a salir un condimento para pizza? Si, es cierto ya hay, pero venido al caso también sirve para hacer chimichurri ¡a nosotros no nos jode nadie!

Luego de cocinar, si no es que hicimos justo fideos y los comimos directamente del colador porque somos bien machos, nos disponemos a comer tirados en la cama viendo cualquier cosa en la tele o en la computadora, y después ¿Qué se hace con el plato? Se lo deja preferiblemente en algún lugar visible, no precisamente en la cocina, puede ser en el propio cuarto, a veces debajo de la cama si es que ya no hay espacio; luego, cuando pasan los días y nos percatamos que no hay mas platos y usamos boles, ensaladeras, tablas de maderas y todo lo que pueda sustituir a un plato nos dedicamos un fin de semana en jornadas de 18 horas a limpiar todo lo ensuciado mientras nos deleitamos con el goce estético que nos produce los colores de los diferentes hongos que se gestaron en todos los platos.

Ah! Pero hay algo que el hombre argentino hace, y si señores, eso es legado de hombre, guacho matrero como el solo: el asado, los científicos británicos quedan atónicos al no poder explicarse como un Argentino hace para tirar un par de carnes al asador y con un vaso de cerveza en una mano y el atizador en otra logra hacer semejante manjar para 20 personas. Porque el hombre argentino nació con un termómetro en la mano, que la pasa por encima de la carne y por debajo y sabe -porque nació sabiendo- cual es el punto justo de las brasas.

Y así señores, termina nuestro curso de cocina para hombres. ¿Qué? ¿Esperaban más? Pero si con eso tiramos hasta que encontramos una hermosa mujer que cocina con el corazón para nosotros, y si señores, el día en que el hombre encuentra a esa mujer que lo conquista por el estómago ¡ah! Ese día el hombre se rinde incondicionalmente al amor por esa chinita hermosa que tanto nos quiere y que tantas cosas nos aguanta.

Pero cuando la mujer cocina ahí si no hay escapatoria, "el que cocina no lava los platos", es una verdad axiomática; y esto sucede también al reverso, en aquellas situaciones en las que es el hombre quien con mente preclara y singularidad de titán maneja los fabulosos dones de la cocina, y si, en ese caso es la novia quien lava los platos.

El hombre, viéndose inmerso en la ineludible y tortuosa tarea de lavar los platos usa su increíble ingenio lateral, y con el tiempo acompaña a la mujer en la cocina y le va lavando los utensilios inmediatamente después que ella los usa, transformándose en el famoso rastrillo humano, pero lo que no se observa es que ese rastrillo es un potencial cocinero, el hombre observa, no entiende, ve que la china pone unos polvos místicos por aquí y brebajes extraños por allá, y llegado el momento, llegado el momento en que la china debe ausentarse de la casa por un fin de semana...ese día surge el cocinero de dentro del corazón del hombre, y ese día no lo para nadie, siente que Carlos Arguiñano es un poroto a comparación de él. Va por la cocina olfateando aquellos condimentos que su china usaba, prueba, corrige, se manda un pato a la naranja y abadejos a la crema, la cocina queda echa una trinchera de la primer guerra mundial, pero ese plato de comida, ese plato de comida guarda otra verdad, "lo que cocina uno siempre es rico"...aunque luego tenga que tirarlo a la basura, no importa, el plato era riquísimo igual, y luego le dice a su china...-Cuando quieras te hago un asadito chinita.-



Pablo Guillermo Cieslik

2 comentarios:

Leonardo Pérez dijo...

"¿Qué se hace con el plato? Se lo deja preferiblemente en algún lugar visible, no precisamente en la cocina, puede ser en el propio cuarto, a veces debajo de la cama si es que ya no hay espacio; luego, cuando pasan los días y nos percatamos que no hay mas platos y usamos boles, ensaladeras, tablas de maderas y todo lo que pueda sustituir a un plato nos dedicamos un fin de semana en jornadas de 18 horas a limpiar todo lo ensuciado"

Esto me pasa de verdad jaja

Alicia dijo...

Está muy bueno...contiene (tal vez sin proponérselo) un tierno homenaje.

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